La capital de Hungría nos tenía enamorados antes de poner un pie en ella. La habíamos visto tantas veces en fotos, blogs, guías de viaje…que sabíamos que teníamos que ir sí o sí. Aunque tenemos que admitir que los días previos antes de nuestra escapada de 3 días a Budapest teníamos un poquito de miedo. A veces cuando se tienen muchas expectativas puestas en una ciudad, puede acabar decepcionando. Pero lejos de defraudarnos, nos dejó con ganas de seguir descubriéndola ¡No teníamos ni ganas de coger el avión de vuelta a Madrid! Hoy os contamos el itinerario que seguimos durante nuestro primer día del viaje a Budapest. ¡Esperamos que os ayude a organizar vuestra escapada!
Nuestro primer día en Budapest comenzó sobre las 11:00 cuando aterrizó el avión. Como en casi todas las ciudades europeas, hay varias formas de llegar del aeropuerto al centro de la ciudad (y tenemos en mente hacer un post más detallado explicando cuáles son).
No obstante, creemos que la manera más cómoda es coger un autobús. La línea 100E te dejará en la céntrica plaza Deak Ferenc en menos de una hora. El precio del billete es 900 Florines Húngaros (HUF), lo que equivale más o menos a unos 3€. Puedes comprarlo en cualquiera de las máquinas que hay frente a la parada del bus, nada más salir del aeropuerto. Y no te preocupes si no tienes ni idea de húngaro o el inglés no es lo tuyo. Puedes configurarla en español.
Aprovechando donde nos dejó el bus fuimos a ver la noria de la ciudad, conocida como Budapest Eye. No es tan espectacular como por ejemplo la de Londres, pero si te pilla de camino es algo curioso que ver en Budapest. Eso sí, no te recomendamos subir, sobre todo si lo que estás buscando es ver la capital húngara a ojo de pájaro. Hay otros sitios donde tendrás unas panorámicas más bonitas de la ciudad.
A escasos 10 minutos de la plaza de Deak Ferenc se encuentra la Sinagoga de la Calle Dohány nuestra segunda parada del viaje. Dicen que esta sinagoga es la más grande del continente europeo y la segunda del mundo, por detrás de la de Nueva York. No estamos seguros de si será verdad o no, pero lo que sí que es cierto es que impresiona cuando la tienes en frente.
Nosotros nos conformamos con verla desde fuera porque no disponíamos de mucho tiempo y… siendo completamente sinceros, tampoco nos apetecía mucho pagar la entrada para ver su interior.
Actualmente el precio de la visita tiene un precio de 4.500 HUF (13,75€) para adultos y 3.400 (10,75€) HUF para estudiantes. Si tienes la Budapest Card, podrás ahorrar un 10% en cualquiera de los dos tipos de entrada. El mismo ticket te sirve tanto para visitar la Sinagoga como para acceder al Museo Judío Hungaro, sus exposiciones temporadas, el Templo de los Héroes, el Memorial Raoul Wallenber, el Lapidarium y el Cementerio. En el caso de que te apetezca visitarla, ten en cuenta que el sábado está cerrada por el Sabbat, el día sagrado para los judíos.
Si eres un poco ratita como nosotros pero quieres ver lo máximo posible de este templo judio, quizá te interese saber que rodeando la sinagoga podrás echar un ojo al Cementerio Judío. Aquí se encuentra el famoso Árbol de la Vida. Este monumento de metal es un homenaje a los judíos húngaros que fallecieron a mano de los Nazis durante la Segunda Guerra Mundial. De hecho, en sus hojas puedes ver grabado el nombre de muchos de ellos.
Una vez que vimos este templo judío pusimos rumbo a otro cristiano: la Basílica de San Esteban. Pero antes dimos un pequeño rodeo para ir a reponer fuerzas a Mr Funk, una cafetería donde hacen unos donuts buenísimos y muy originales. Por ejemplo, nos comimos uno en forma de unicornio y vimos otro con la carita de un panda y de un Minion. Nos recordó un poco a la franquicia Dunkin Donuts, aunque para nosotros los donuts de aquí están mucho más ricos. ¡Súper recomendable si buscas un sitio donde desayunar en Budapest!
Volviendo a nuestro recorrido, tienes que saber que la Basílica de San Esteban es uno de los edificios más emblemáticos para los húngaros. Se construyó en honor a Esteban I, el primer rey de Hungría. Algo curioso es que gracias a su cúpula, la Basílica tiene una altura de 96 metros, igual que el Parlamento de Budapest. No te costará verla desde casi cualquier punto de la ciudad.
La entrada a la Basílica es “gratuita”. Lo ponemos entre comillas porque justo en la entrada encontrarás una especie de hucha en la que te indican que es aconsejable que pagues 300 HUF (1€) a modo de donativo. Pero si no quieres darlo, no pasará absolutamente nada.
Una vez dentro tienes que buscar la ‘Santa Diestra’ la famosa mano de San Esteban. Nosotros nos quedamos con las ganas porque ese día había una boda y apenas se podía ver el interior de la catedral, así que lo dejamos pendiente para la próxima vez.
Lo que sí que pudimos hacer fue subir a la cúpula a contemplar Budapest a nuestros pies. La entrada tiene un precio de 800 FT (2,5€) para adultos y de 600 FT (2€) para estudiantes. Con este mismo ticket también puedes entrar a ver el Tesoro.
Antiguamente ambas entradas se podían comprar por separado pero, o bien la señora de la taquilla nos vio con cara de turistas y nos timó, o ya no es posible. Sea como sea, para nosotros, este es uno de los mejores sitios para ver las vistas de Budapest.
Tras ver la capital húngara a vista de pájaro, ya era la hora de poder ir a nuestro alojamiento a hacer el check in y comer. No os vamos a indicar el nombre de nuestro hotel porque no nos gustó demasiado y, sinceramente, no lo recomendamos. Aunque sí os aconsejamos que busquéis como nosotros vuestro alojamiento por el Barrio Judío. Es una zona muy económica a la vez que céntrica.
La tarde de nuestro primer día por la capital húngara fue bastante tranquila. Después de comer pusimos rumbo a la Avenida Andrássy, una de las más importantes de Budapest y también de las más largas. Aquí se encuentran algunos de los edificios más relevantes de la ciudad como por ejemplo la Ópera. Hoy por hoy se encuentra en obras y no pudimos verla muy bien, pero estamos convencidos de que una vez que terminen de restaurarla tiene que ser espectacular. Además, lo poquito que vimos nos recordó mucho a la de Viena.
En la misma avenida está ubicada la Casa del Terror, un museo dedicado fundamentalmente a la historia de Hungría durante el siglo XX. Nosotros no tuvimos tiempo de verlo, pero si te interesa la historia contemporánea, estamos convencidos de que te gustará.
Continuando por la Avenida Andrassy llegamos a otro de los lugares más importantes de Budapest: la Plaza de los Héroes. Justo en mitad de la plaza se encuentra el Monumento del Milenio, que conmemora las 7 tribus que fundaron la capital de Hungría en el siglo IX. A la izquierda, aunque pasa algo desapercibido, se encuentra el Museo de Bellas Artes de Budapest.
Si atraviesas la plaza como nosotros acabarás llegando al Parque de la Ciudad (estos húngaros se complicaron mucho en ponerle nombre, ¿verdad?) Nada más entrar a este pulmón verde vimos un bonito lago en el que se pueden alquilar barquitas con forma de coche. Creemos que tiene que ser un plan muy divertido que hacer en Budapest si uno dispone del tiempo suficiente.
A nosotros por desgracia el tiempo no nos sobraba. Por eso nos fuimos directos a uno de los sitios que más ganas teníamos de ver dentro del parque: el Castillo de Vajdahunyad.
Este edificio se erigió entre finales del siglo XIX y principios del siglo pasado basándose en el castillo de Hunyad, en Rumanía. Al principio se hizo con madera y cartón, ya que solamente iba a formar parte de una exposición temporal. Pero acabó gustando tanto a los húngaros que se volvió a construir en piedra y ladrillo para que se pudiera quedar de forma permanente. Actualmente este bonito edificio alberga en su interior el Museo de Agricultura de Hungría.
También dentro de sus muros se encuentra la Estatua del Anónimo. Si eres escritor o simplemente tienes ganas de escribir una novela, no te olvides de tocar su boli. ¡Dicen que da buena suerte y que ayuda a que uno se inspire!
Dentro del Parque de la Ciudad también está ubicado uno de los lugares más visitados de Budapest: Las Termas de Széchenyi. Si quieres relajarte en este balneario te recomendamos que compres la entrada por internet y, si lo haces es su página oficial, mejor que mejor. No solo conseguirás ahorrarte las colas (aunque nosotros justo el día que fuimos no vimos mucha), sino que también conseguirás que tu entrada te salga más barata.
Otro consejo que te damos es que compres la entrada que incluye cabina. Solo te costará un euro más y tendrás más privacidad para cambiarte de ropa. A nosotros este ticket nos costó a cada uno 6.000 HUF (18,5€). Si viajas en fin de semana a Budapest tienes que tener en cuenta que este tipo de entrada te saldrá un poquito más cara (6200 FT, es decir, más o menos 19€).
Pensamos mucho sobre si era mejor ir por la mañana o por la tarde. Al final nos decantamos por la segunda opción y, ¡creemos que no pudimos elegir mejor! Al ir sobre las 16:00 ya habíamos terminado de ver todo lo que teníamos planeado para ese día y pudimos disfrutar al máximo del balneario. Sin embargo, si hubiéramos ido por la mañana tendríamos que haber estado más pendientes de la hora para seguir con la ruta y no nos habríamos relajado tanto.
Tenemos pensado hacer un post más detallado con nuestra propia experiencia en las termas, ¡esperamos que sea pronto!
Poco antes de la hora del cierre de las Termas de Széchenyi dimos por concluida la jornada y nos fuimos al hotel. Pero en resumen, esto es lo que vimos en nuestro primer día en Budapest:
Al día siguiente nos esperaba una jornada bastante intensa. Si quieres saber qué hicimos no te pierdas nuestro post “3 días en Budapest: Itinerario Nº2 de nuestro viaje”
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